La mayoría piensa que un photocall publicitario es solo un fondo para ferias. Gráfica, estructura, montaje rápido... y listo. Pero en realidad, un photocall puede hacer mucho más. En esta guía te mostraremos paso a paso cómo elegir el modelo adecuado y cómo sacarle el máximo partido, tanto si es tu primer evento como si llevas diez campañas en ruta. Descubre cómo un photocall bien elegido puede ayudarte a destacar y a tomar el control de tu imagen offline.
Es una superficie donde muestras quién eres. Puede ser textil, retroiluminada o montada sobre perfiles de aluminio. ¿La forma? Recta, curvada o incluso ondulada. Las opciones son muchas.
Aunque su estructura sea ligera, su impacto es importante. El photocall publicitario es el primer plano de tu marca. En un pabellón lleno de stands, ayuda a captar la atención y mantenerla. Es como una tarjeta de presentación… pero en formato XXL. Si cuidas el diseño y la colocación, se traducirá en mayor interés del público y más visitas a tu espacio.
Un photocall publicitario puede cumplir muchas funciones:
servir de fondo para presentaciones de productos,
reforzar la identidad visual de la marca,
delimitar el espacio dentro del stand,
convertirse en punto de fotos.
No hace falta que conozcas todos los sistemas por su nombre. Basta con que sepas qué efecto quieres lograr. Nosotros nos encargamos del resto.
Empieza por lo básico. ¿Dónde lo vas a usar? ¿Cuánto espacio tienes? ¿Lo transportas tú o alguien te ayuda? Estas preguntas son tu brújula.
¿Qué photocall elegir? No hay una única respuesta. Uno distinto para una feria internacional, otro para un festival local, y otro más si necesitas algo que quepa rápido en el maletero. No se trata solo de cómo se ve, sino también de cómo se va a usar.
Elegir no tiene por qué ser complicado si cuentas con alguien que te asesore. Para eso estamos.
Un photocall publicitario es uno de esos elementos que realmente te facilitan la vida en los eventos. Primero: atrae miradas. En un entorno saturado de estímulos, un mensaje visual claro y llamativo ayuda al visitante a entender enseguida qué haces y si le interesa acercarse. En la práctica: menos preguntas aleatorias y más conversaciones de valor.
Segundo: organiza el espacio. Con un photocall, tu stand se ve limpio y profesional, aunque solo tengas unos pocos metros cuadrados. Lo colocas detrás de la mesa y todo parece estar en su sitio. No necesitas un diseñador de interiores ni semanas de preparación: solo una buena gráfica y una composición pensada.
Y por último: el photocall no termina su vida útil después de un solo evento. Puedes llevarlo a una conferencia, ponerlo en la oficina o usarlo como fondo para fotos. Una vez diseñado, dura mucho tiempo. No se queja, no pide vacaciones. Simplemente funciona.
No necesitas un gran stand para causar una gran impresión. Basta con algunos elementos bien escogidos.
¿Tienes poco espacio y quieres algo fácil de transportar?
Un photocall textil y un mostrador publicidad forman un dúo perfecto incluso en espacios muy reducidos. Es una solución ligera y funcional para empezar. El mostrador sirve tanto para hablar con clientes como para mostrar materiales. Y si hace falta, también hace de escritorio.
¿Organizas un evento al aire libre y el clima es incierto?
Un photocall para exteriores, una carpa publicitaria y dos banderas bastan. La carpa delimita tu zona y ofrece protección, la bandera capta miradas desde lejos y el photocall crea un fondo que no se viene abajo con la primera ráfaga de viento.
¿Tienes algo más de espacio y quieres lograr un efecto de stand cerrado?
Coloca dos photocalls retroiluminados en forma de L. De inmediato se crea un espacio que parece una zona aparte, con una entrada clara y un fondo que resalta tu gráfica. La luz LED aporta mucho, pero también lo hace la disposición: la gente entra de forma natural, no solo mira de lado. Si añades una pantalla, un código QR o un elemento interactivo, ya tienes un punto ideal para charlar, presentar productos y captar leads.
Muchos piensan que un photocall publicitario se usa solo “por un día”: se monta en la feria, luego al almacén, hasta la próxima ocasión. Pero lo cierto es que su utilidad va mucho más allá. Y en espacios muy distintos a los pabellones.
En una conferencia, por ejemplo, sirve de fondo para ponentes o como punto de entrada a la zona de patrocinadores. En una oficina, puede decorar la recepción o delimitar un espacio para grabaciones o fotos sin necesidad de reformar nada. En un showroom, es ideal como fondo para fotos de producto o selfies con el logo de la marca. A los clientes les gustan los espacios que se ven bien en cámara.
También puede ser el punto de partida en un centro de atención al cliente, una exposición móvil en reuniones comerciales o una forma estética de dividir espacios en eventos corporativos. Y lo mejor: una vez diseñado y bien preparado, no genera costes extra con cada uso. Solo tienes que encontrarle un nuevo lugar y asignarle una nueva función.
Sobre todo, tranquilidad. No necesitas saber de estructuras, anclajes ni impresiones. Solo dinos a dónde vas y qué quieres lograr.
Y ahí entramos nosotros. ¿Qué hacemos?
te ayudamos a elegir el producto según el espacio,
te aconsejamos sobre el diseño gráfico,
te apoyamos en el montaje y transporte,
te damos ideas para reutilizar el photocall después del evento.
No te dejamos solo tras la compra. Nuestro objetivo es que vuelvas con resultados que superen tus expectativas. El photocall es solo el comienzo. La visibilidad de marca se construye a lo grande – incluso si empiezas con dos metros cuadrados.
Te mostraremos cómo ganar visibilidad con el photocall adecuado.